martes, 18 de julio de 2017

¿Se convertirá el “verano mexicano” en una primavera árabe?


Los mexicanos vieron en las elecciones del pasado 4 de junio, un golpe más a la credibilidad de las instituciones electorales y la consolidación del sistema político corrupto, clientelar y corporativista. El fantasma del fraude volvió a aparecer y apenas hace unos días, el principal diario de Estados Unidos revela que el Gobierno mexicana espía a activistas de derechos humanos, contra la corrupción y a periodistas.

Es el ‘Verano Mexicano’ y tal como ocurrió en la primavera árabe, los usuarios del ecosistema digital en México tienen suficientes insumos para mantener vigente la crítica despiadada que provoca emociones que movilizan contra un Gobierno que en lugar de reaccionar echa fuego a la hoguera.

Los contenidos en contra del régimen tienen un importante porcentaje de aprobación orgánica porque en su gran mayoría están hechos con cuentas ciudadanas ajenas del ‘tufo’ partidista y concentrados estrictamente en la lógica ‘antisistema’, lo que eleva exponencialmente su potencial para generar conversación.

Es la manifestación de expresiones que también ocurren en Estados Unidos con el fenómeno Donald Trump o en semanas recientes con el triunfo del ‘Brexit’ en Reino Unido; es el usuario que está harto de la corrupción, de los políticos, del sistema vigente.

En el lado oficial, en la estructura del gobierno prevalece un modelo anacrónico de comunicación que no conecta; los sectores y organizaciones afines al sistema muestran un reducido apoyo desde la vertiente ciudadana con esfuerzos dispersos, desenfocados, con temor a la crítica y sin capacidad de participar en la confrontación argumentativa pública.

Ningún discurso oficial puede contra el desempleado ofendido, contra la ama de casa que ve como su capacidad de compra es lesionada por aumentos arbitrarios a los servicios púbicos, contra los jóvenes sin mayores expectativas, las familias agraviadas por la inseguridad, o contra el burócrata condenado al estancamiento laboral.

Ciudadanos empoderados contra gobiernos incapaces de reaccionar en un contexto repleto de elementos que configuran una tormenta perfecta.

Dado el humor social que prevalece como consecuencia del resentimiento, el agravio y la ofensa en la sociedad por la debilidad institucional, la oposición más radical han centrado sus baterías en culpar desde las redes sociales al régimen de esta realidad y trasladar el costo político al partido gobernante.

La sociedad en Reino Unido reflexiona ahora mismo haber dado tanto poder a los ‘antisistema’ porque han comprado boleto a ‘ninguna parte’; esto está por ocurrir en México si prevalecen las condiciones actuales del debate político – ciudadano, especialmente en las plataformas digitales.

SOBRE EL AUTOR
Adán Moctezuma Vega es economista miembro del Instituto de Comunicación Política. Desde 2016 rankeado en el Top 100 Mundial de Economistas Digitales más influyentes en redes sociales elaborado por la empresa norteamericana Richtopia.

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