La edificación de vivienda es sin duda uno de sectores fundamentales por su impacto no sólo económico sino social para la vida productiva del Estado. Pero no todo es construir, construir y construir viviendas ‘así como así’.
Las cifras han colocado históricamente a Tamaulipas como uno de los estados en donde más se construyen casas nuevas.
Esta situación es consecuencia de la presión demográfica que registran las zonas urbanas de mayor dinamismo en la entidad como Reynosa y la zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira.
Sin embargo, la agresividad con la que se han otorgado financiamientos puede ser también un riesgo. Veamos.
El año pasado se otorgaron alrededor de 40 mil financiamientos para la adquisición de vivienda en el Estado, una cifra muy superior a las 35 mil casas que según las estimaciones de la Comisión Nacional para la Vivienda, la CONAVI requieren las familias tamaulipecas tanto de vivienda nueva como de ampliación a las ya existentes.
Hay que anotar que la construcción de vivienda tiene un impacto importante en la dinámica económica de las regiones pues genera 5 empleos por cada casa construida.
Pero en los últimos años, fue tal el ‘boom’ de construcción de casas que los desarrolladores hicieron fraccionamientos ‘donde pudieron hacerlos’, y en la mayoría de los casos, fueron proyectos que se desarrollaron a las afueras de las ciudades y con casas realmente pequeñas, limitados en servicios de vigilancia y para satisfacer el abastecimiento de bienes y servicios.
Lo anterior se conjugó con combinación funesta de menor empleo, inseguridad y una reducción significativa en la calidad de vida de las familias que provocó el abandono de al menos unas 10 mi viviendas en el Estado.
Esta situación empezó a golpear las expectativas de los jugadores de esta poderosa industria pues como ya vimos: se desarrollaron fraccionamientos de manera agresiva, las instituciones financieras públicas y privadas otorgaron más créditos de lo que la demanda estimada puede soportar y lo peor, estos mismos créditos se empezaron a dejar de pagar.
Para complementar este cuadro, el Gobierno Federal anunció la creación de una nueva Secretaria, la de Desarrollo Territorial Urbano que en su presentación en sociedad anunció que nunca más se construirían proyectos habitacionales sin orden y expectativa sustentable.
En consecuencia las acciones en Bolsa de los principales desarrolladores de vivienda cayeron, lo que activó las alertas en el Gobierno Federal que esta semana anunció finalmente un programa de garantías que permite respaldar hasta un 30% de cada crédito que otorguen las empresas para la adquisición de vivienda.
¿Que representa esto para economía de Tamaulipas? El valor estructural que aporta es que evita la caída de uno de los sectores más estratégicos que mantendrá el ritmo de operación y en consecuencia de derrama económica y de generación de empleo. En otras palabras, no eleva la actividad productiva estatal sino que en el mejor de los casos mantendría los niveles de operación que ha venido mostrando lo que hay que es positivo en momentos en que otros sectores fundamentales para Tamaulipas como las manufacturas y el comercio seguirán deprimidos, por un menor crecimiento de la economía de Estados Unidos con efectos negativos en la demanda agregada.
Siempre que viajo hacia Reynosa por carretera, me doy cuenta que estoy por llegar a la ciudad cuando empiezo a ver fraccionamientos habitacionales que se ubican a unos 45 minutos o una hora, de la mancha urbana. Y sí, lo menos que pienso es “que barbaridad para esta gente tener que ir todos los días desde estas zonas a la ciudad”.
Numeralia
46% peso que la industria de la construcción tiene (alrededor del 46%) en la economía de Tamaulipas
40 mil financiamientos para la adquisición de vivienda en el Estado
35 mil necesidades de vivienda por año en Tamaulipas
10 mil viviendas abandonadas en el Estado
5 empleos que se crear por cada casa comprada